Hoy día se sabe a ciencia cierta que determinadas
alteraciones y enfermedades se relacionan con desequilibrios
en la alimentación, ya sea por exceso (obesidad,
problemas de tensión, colesterol elevado…)
o por defecto (falta de vitaminas y/o minerales, etc.).
Por tanto, alimentarse no sólo consiste en comer
para vivir o para saciar el hambre, es algo mucho más
complejo e influyen numerosos factores; ambientales
(costumbres y cultura del lugar en que vivimos, modas
y medios de información, entorno familiar…)
y otros personales como el sexo, la edad, las preferencias,
la religión, el grado de actividad (sedentaria,
ligera, moderada), el estado de ánimo y de salud
(enfermedades o problemas de salud). Por todo ello,
se considera que una alimentación es adecuada
si en verdad es capaz de cubrir las necesidades del
organismo; de acuerdo a las características personales,
con el fin de alcanzar o mantener un buen estado nutricional
y de salud.
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Tweets por @rodriguezmdu
La herramienta pienso que es excelente. La apoyo totalmente
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